lunes, julio 09, 2012

DON CLAUDIO CARUDEL



Claudio Carudel, la experiencia de un triunfadorClaudio Carudel es el jinete más reconocido de la historia del turf español. Nació y se crió en la ciudad de Chantilly, un importante centro de entrenamiento hípico en Francia, por lo que ya desde niño estuvo rodeado de caballos. Su afición también le venía de familia: su padre fue preparador, un tío suyo montaba, otro familiar había sido jinete profesional...







Tal como él cuenta, en Francia fue un aprendiz discreto, pero ya llevaba 36 victorias a sus espaldas cuando le ofrecieron competir en España en el Gran Premio de Madrid de 1957. Aunque no consiguió el triunfo en esta carrera y su yegua quedó en quinto lugar, los preparadores se mostraron satisfechos y le ofrecieron disputar otra prueba crucial del hipódromo madrileño: el Memorial Duque de Toledo, trofeo que en esta ocasión sí ganó. “Vine a España pensando en que podía quedarme un año o dos pero al final, resultó ser para toda la vida. Una vida llena de éxitos: he logrado casi 1.500 victorias y sobre todo, he tenido la suerte de vivir de mi hobby”.






No deja de ser curioso que un jinete como Carudel, procedente de un país con un turf en pleno desarrollo, encontrara el éxito precisamente en la nación vecina. Más tarde, cuando ya había recogido varios triunfos en España, le ofrecieron un buen contrato para establecerse en Francia, pero él decidió seguir compitiendo en nuestro país, un lugar donde ya había encontrado su sitio y formado una familia.






Claudio ha tenido una vida profesional muy intensa, de la que recuerda muchos momentos: las victorias, las cuadras que le contrataron y los caballos que ha montado a lo largo de más de 30 años, entre los que ocupa un lugar especial Chacal, un animal legendario que a principios de los 70 se midió en trece carreras y venció en doce. Carudel también evoca con gran admiración la pericia de uno de sus mayores contrincantes, el jockey Román Martín: “Fue una rivalidad que nos motivó a ambos a mantener nuestro puesto. En el hipódromo había entre la afición un sector carudelista y otro romanista y, aunque competían otros jinetes muy buenos, la emoción del público se centraba, en muchas ocasiones, en ese duelo”.






También quedan en la memoria los sacrificios, la tiranía de la báscula –un jockey tiene que vigilar constantemente su peso– y algunas caídas. “He tenido años mejores y peores, pero siempre estuve entre los dos primeros de la estadística durante todo el tiempo que monté en España”. En el turf, los jinetes llaman estadística al ranking de los mejores jockeys.






Claudio se retiró del turf en 1987. Luego, dedicó varios años al entrenamiento de algunos aspirantes hasta que llegó la clausura de La Zarzuela. “Fue una época muy dura, sobre todo para la gente joven. Yo entonces tenía 59 años, mi vida prácticamente resuelta y mi carrera hecha. Pero para los jóvenes fue distinto: muchos tuvieron que marcharse a competir a Francia o a otros países; algunos siguieron montando en el resto de hipódromos españoles. Después de la reapertura, yo pensaba que la afición tardaría más en acudir a las carreras, pero en cuestión de un año, ya había mucho público en las tribunas”.






Al reabrir el hipódromo se creó una escuela de oficios que, durante una primera etapa, también estuvo dirigida por Claudio. Él lo recuerda como una gran experiencia, y apunta que algunos de los alumnos han competido en carreras y otros encontraron un oficio relacionado con la hípica. “Aproximadamente un 80% han seguido vinculados al hipódromo”, añadió.






Y en cuanto a la evolución del sector... le gustaría que se viviera un fenómeno parecido al experimentado en Francia. “Si en España subieran las ventas de la apuesta externa, el turf podría consolidarse: los hipódromos podrían ofrecer premios más cuantiosos, la gente invertiría más en caballos, podrían despegar otros recintos, como el de Orense... Todo está relacionado”.






La historia del turf español no se entiende sin el recorrido de este gran profesional, jinete, entrenador y asesor de excepción en esta nueva carrera que ha emprendido La Zarzuela. Como homenaje, el hipódromo madrileño organiza cada primavera una gran prueba hípica que lleva su nombre: el Gran Premio Claudio Carudel.

DESCANSE EN PAZ